martes, 31 de marzo de 2009

* DENGUE, Lo que hay que saber

El mosquito transmisor del dengue, Aedes (Stegomyia) aegypti, es una de las 56 especies que han sido halladas hasta el presente en la provincia de Santa Fe. Es una especie pequeña, de unos 5 milímetros de largo, color oscuro, aunque el especialista experientado con instrumental óptico adecuado puede observar las manchas blancas características que se distribuyen tanto en el cuerpo como en las patas. Aedes aegypti tiene hábitos estrictamente domiciliarios donde encuentran todo lo necesario para desarrollarse y vivir. Por ello sus desplazamientos son muy limitados y con frecuencia no se alejan más allá de unos 100 metros de los criaderos.
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Hábitos hogareños
Especie sinantrópica tipica (es decir, plenamente adaptada para vivir estrechamente relacionada con las viviendas humanas), realiza sus desoves en recipientes muy diversos construidos por el hombre. Una enumeración de los lugares más frecuentes en los cuales se cría, incluye tanques de agua mal tapados, neumáticos en desuso acumulados, cisternas, tinajas, bidones de todo tipo, macetas o los platos que suelen colocarse debajo de ellas, latas de conservas, frascos de boca ancha, floreros de variado tipo, tazas, vasos o focos rotos, trozos de botellas que conserven superficies cóncavas, tapas de tamaño y formas variadas, y en general cualquier otro elemento de los que solemos acumular en el fondo de nuestras viviendas o arrojar en basurales y microbasurales clandestinos que en condiciones propicias puedan retener agua, sea ésta de lluvia o el riego de plantas de jardín.
Cada hembra deposita un reducido número de huevos en distintos recipientes, los cuales durante períodos prolongados pueden permanecer viables hasta que las condiciones de temperatura y humedad les sean propicias, momento en el cual se hidratan y rápidamente eclosionan, es decir, salen del huevo larvas pequeñas que evolucionan en los recipientes que las contienen.
Las poblaciones de Aedes aegypti aumentan con la temperatura porque la reproducción es más activa y se reduce la duración de su ciclo biológico. Como en todos los mosquitos se suceden cuatro estadios larvales pogresivamente más grandes, el último de los cuales se transforma en pupa. Esta no se alimenta, y en su interior se produce la metamorfosis, transformación de sus estructuras para convertirse en adulto.
Las hembras son las que pican por ser hematófagas obligadas, es decir, necesitan sangre para alimentarse y para que maduren los huevos. Pican al caer la tarde o por la mañana, y lo hacen especialmente en las extremidades inferiores de distintas personas antes de "llenarse".
Estos contactos sucesivos facilitan la transmisión del dengue si encuentran una persona enferma. El traslado de recipientes de una a otra vivienda entre barrios diferentes en los cuales se encuentren huevos o larvas de Aedes aegypti, contribuye a la dispersión de la especie. El dengue es una enfermedad aguda que puede afectar a personas de cualquier edad, aunque los más susceptibles suelen ser los niños y las personas mayores, cualquiera sea su condición socioeconómica. Tiene comienzo repentino, y en buena medida su manifestación está relacionada con el estado de salud de cada persona, y su sintomatología incluye fiebre alta, náuseas, vómitos, intensos dolores retrorbitales musculares, articulares y de cabeza, erupciones en el pecho y 1as extremidades inferiores, entre otros. El dengue, cuando es epidémico, tiene incidencias en las actividades laborales y efectos económicos importantes por el número con frecuencia elevado de personas que pueden contraerlo, aunque raramente es mortal.
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Enfermedad y prevención
El dengue comprende cuatro serotipos: 1, 2, 3 y 4, cada uno de los cuales no genera inmunidad hacia los restantes. Es más, la presencia simultánea de distintos serotipos en una región aumenta el riesgo de, posibles brotes de dengue hemorrágico. Este es mucho más grave, y a los síntomas ya señalados se agregan dolores intensos de estómago, posibles hemorragias nasales, bucales y en las encías, dificultades respiratorias, intensa sed, pulso rápido y eventuales desmayos.
El dengue hemorrágico puede provocar la muerte, sobre todo si las personas no reciben a tiempo la atención médica requerida.
Son factores relacionados con la propagación del dengue deficiencias en el abastecimiento de agua (que hace que se la acumule en recipientes) y la inadecuada disposición de los residuos sólidos urbanos (donde los recipientes de todo tipo pueden convertirse en criaderos).
Por otra parte, la presencia del mosquito vector, la mencionada dispersión por el hombre y los desplazamientos de personas enfermas son importantes en la propagación del dengue.
Combatir el mosquito Aedes aegypti es una tarea fundamental. Ella no requiere de equipos sofisticados pero sí de acciones coherentes e integradoras que prioricen eficiencia y eficacia, lo cual requiere un trabajo sostenido en el tiempo, del cual participen todos los actores sociales. Esto implica la intervención de toda la población (ya que el dengue es básicamente un problema de saneamiento intradomiciliario), las organizaciones no gubernamentales (como aglutinantes, de acciones colectivas), la universidad (donde el conocimiento sistematizado y la relación de investigaciones sustenta el respaldo técnico-científico), y las autoridades en sus distintos niveles (contribuyendo a las acciones de coordinación).
Sólo así será posible la planificación permanente y las apoyaturas que cada sector requiere. Evidencian las ventajas del trabajo interinstitucional las acciones de capacitación realizadas por la universidad, ONGs y sectores de la población que pueden actuar como multiplicadores de motivaciones: los docentes. La provincia, que tiene convenios marco con la UNL y la UNR, encontraría en ellas un impulso multiplicador que posibilite sumar esfuerzos y lograr eficiencia.
Las acciones individuales, por bien intencionadas que sean, raramente culminan con la eficiencia necesaria para un problema que, potencialmente, nos afecta a todos.

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